"Sinatra está rersfriado"

You are unwise to have one source”, declara Gay Talese y lo lleva a un extremo en “Sinatra está resfriado” (Esquire, 1966). Sin embargo, la entrevista más elemental al realizar un perfil, no se lleva a cabo. Aunque no parece ser un problema.

Uno de los mejores perfiles en la historia del periodismo se da a conocer en los años 60. Tema central: un resfrío. ¿Por qué resultaría de notable interés? Talese, sigue a il padrone, la leyenda viva, Frank Sinatra. Y entrevista a todo quien en aquel momento repercute o implica su presencia. 

Sinatra ya era leyenda. Contrario a mirarlo mediante una perspectiva en  pasado, era más bien un ícono vivo. En una época donde todo parecía ser objeto de cambio, revolución: un término constantemente empleado, amor, paz, sexo, drogas, rock&roll. Solo lograría un crooner como tal, en un bar, malhumorado —por la presencia de aquellos que no lucen de acuerdo a su persona, por un documental en puerta que pensaría él: arruinaría su reputación, por tres mujeres que ya son historia, por una soledad ineludible, y por un molesto resfriado— ser objeto de tal interés.

Talese no escribe de aquel crooner en su esplendor. De cerca, junto con él, vive su decadencia, su soledad y su transmutación. Una época donde, pensaría uno: ya no hay lugar para gente como él. La respuesta: como Sinatra no hay dos. Un producto de posguerra que aguanta la prueba del tiempo. A diferencia de otros escritores y periodistas, Talese escribe de la sombra detrás del reflector, historias jamás contadas.

To croon está en decadencia, y poco a poco se desvanece. Nuevos géneros musicales nacen. Billy Wilder en Sunset Boulevard muestra un parteaguas hollywoodense, la muerte del cine mudo, el resurgimiento de la forma de hacer películas. Sinatra, a diferencia de Norma Desmond, sabe que a pesar de la nueva era musical, su lugar en la historia y esfera pública de Estados Unidos es trascendental. 

Con tres estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood, Sinatra es mostrado por Talese en las sombras del espectáculo. Pasa días con él. Además de observar y analizar de cerca, Talese forma parte de la historia. Para saber la verdad es necesario participar, de otro modo sería ficción.